LAS CORREDERAS INVISIBLES
ENMARCA TU PAISAJE CON UNA VENTANA A SU ALTURA
— Jacema
Los arquitectos del siglo XXI han situado entre sus prioridades la personalidad del entorno: la luz, el paisaje, el clima e incluso los materiales propios del territorio.
"Partir de lo que ves, escuchar lo que te dice el lugar, es la forma más fácil de tener respuestas", ha explicado la arquitecta mexicana Frida Escobedo.
Da igual si lo que tienes ante tus ojos cada mañana es el inmenso mar o un parque urbano, una avenida o un bosque lejano.
Lo importante es aprovechar la luz del exterior, dejarla que inunde tu hogar, al tiempo que te aseguras un mirador cotidiano para contemplar el paso de las estaciones. Ese rincón para soñar.
LAS CORREDERAS INVISIBLES
El aluminio permite fabricar grandes murales de vidrio con un perfil mínimo pero sólido y fácil de desplazar. Su luminosidad aporta un valor extra a la edificación.
En lugar de una obra de arte estática, por muy valiosa que sea, estos muros de cristal aíslan el interior al tiempo que ofrecen una acuarela cambiante con los pasos de las estaciones.
La tecnología ofrece la posibilidad de ocultar las hojas en la cámara del muro de obra para lograr una apertura completa y muy vistosa.
Otra posibilidad estética de este modelo es el cierre de esquinas sin parteluz para crear ambientes ligeros y luminosos.