
VENTILAR. Un hábito saludable contra virus y gérmenes
En pleno confinamiento contra la propagación del coronavirus, las ventanas se han convertido en nuestra válvula de escape, nuestra vía de comunicación con el mundo exterior y también un aliado para sanear la atmósfera interior de la casa VENTILA SIN MIEDO. El COVID no entra por la ventana
Es una de las preguntas que se ha hecho media humanidad al extenderse el temor por el contagio que tantas víctimas se ha cobrado ya en el mundo. La respuesta es clara: VENTILAR ES MÁS NECESARIO QUE NUNCA.
La Organización Mundial de la Salud ha aclarado que su principal forma de transmisión es “por contacto con gotículas respiratorias, más que por el aire”, es decir, por las gotitas que lanzamos al toser o estornudar. El coronavirus no va a entrar por la ventana. Más bien al revés, una habitación donde se ha hecho una ventilación por la mañana para renovar el aire, es más beneficiosa para una persona con problemas respiratorios, siempre que evitemos las corrientes.
Sobre todo en los días de confinamiento, cuando toda la familia permanece en casa las 24 horas, es más conveniente que nunca airear las estancias. Así evitamos que el aire se sobrecargue debido a las calefacciones, las cocinas y la respiración de varias personas en una misma estancia.

Abrir puertas y ventanas un ratito por la mañana es esencial para la salud
Al ventilar, el aire se oxigena y reducimos la concentración de polvo en el aire procedente de los muebles y telas. También logramos reducir la humedad de la vivienda, evitar la condensación y ahuyentar los malos olores. Una atmósfera renovada beneficiará a las personas con alergias porque así reducimos las partículas en suspensión.
Un ambiente cerrado favorece la propagación de virus y gérmenes, no solo del COVID-19, que ahora nos acecha. Para extremar precauciones, los médicos recomiendan no exponerse a corrientes de aire ni a temperaturas muy bajas, por lo que conviene ventilar por la mañana y cerrar el resto del día durante el invierno. Si tienes ventanas OSCILOBATIENTES, son ideales para una ventilación controlada, ya que se abren en posición vertical, con un ángulo de unos 10 grados y sin corrientes de aire.
En las casas donde hay algún miembro de la familia contagiado, es fundamental una habitación ventilada que evite la concentración de aire cargado.
NO MÁS MIEDOS INFUNDADOS
La OMS aclara que el coronavirus se contagia de persona a persona y requiere un contacto cercano para que las gotitas de saliva lleguen a la otra persona, por eso conviene proteger los ojos, la boca y las manos en la época de contagio. Eso no quiere decir que no podamos contagiarnos a pesar de no habernos acercado a nadie, ya que el peligro potencial se encuentra en numerosas superficies donde una persona afectada puede haber dejado el virus. Por eso recomiendan no tocarse la cara tras habernos apoyado en la barandilla de una escalera, tocado una puerta o pulsado el botón de un ascensor, entre otras zonas de riesgo.
Durante los días de confinamiento, cuídate, cuida de los tuyos y ventila tu casa para hacer más saludable el aislamiento.
EXTREMA TUS PRECAUCIONES y #QuédateEnCasa